lunes, 30 de noviembre de 2015

Un gato callejero llamado Bob. James Bowen.


Esta semana Angie nos ha presentado este libro singular, y un gran bestseller. Es la historia de James Bowen, artista callejero, que encontró a un precioso gato herido y acurrucado en el edificio en el que vivía. También es la historia de una gran amistad y de cómo la vida de uno puede cambiar y mejorar gracias a un suceso tan inesperado como encontrar un gatito en la puerta de tu casa.

Carmilla. Joseph Sheridan Le Fanu.


Hace una semana presentamos esta maravillosa edición ilustrada de Carmilla, el clásico de la literatura vampírica de Joseph Sheridan Le Fanu.
Carmilla fue una de las primeras historias de vampiros escritas, precursora de muchas obras de éxito, como es el caso de Drácula de Bram Stoker, quien se basó en muchas características de Sheridan Le Fanu para escribir su obra. Esto se resalta en el encuentro de Jonathan Harker con las vampiresas del castillo.Casi todos los relatos de vampiros tienen la estructura básica de Carmilla, empezando por la parte de “ataque” pasando a “muerte – resurrección” por parte del vampiro, y finalmente a la parte de “caza – destrucción” donde la criatura es perseguida para destruirla.Le Fanu se basó en la legendaria historia de la hermosa Condesa Elizabeth Báthory ("la Condesa Sangrienta") para crear a la bellísima Carmilla (Condesa Mircalla): detalles como la descripción física de Carmilla, el oscuro carruaje en donde pasea por la noche para seducir a sus víctimas, su tutora (madre o tía) muy parecida a Dorotoya Csentens (Darbula), o que Mircalla fuera la última de su dinastía maldita, ejemplos evidentes y similares entre historia real y literaria, al igual que el lesbianismo o bisexualidad de los personajes real y ficticio, o la aparición del gato en ambos casos, ya que se decía que en el Castillo de Elizabeth Bathory había un ejército de diabólicos gatos negros que ella conjuraba, y adquiriendo, según se cuenta, la forma de éstos para atacar, tal como hace Carmilla. (Wikipedia).

Espero que os guste.

Irene Adler